VICENTE FERNÁNDEZ, EL ÚLTIMO CHARRO DEL MUNDO.

Por JESÚS VIDES.

Es imposible no sentirse con una tristeza infinita con este doloroso adiós, porque el maravilloso Vicente estuvo presente en nuestro diario vivir, ha sido parte natural de nuestras vidas. Sus canciones están en nuestros corazones, en nuestras almas, en nuestros caminos, en nuestros pueblos, en nuestras celebraciones, en nuestros brindis, en su magia interpretativa, en la potencia de su voz, en sus innumerables películas.

Hablar de México, hablar de Rancheras, hablar de Cantinas, hablar de Tragos y Tequila sin mencionar a VICENTE FERNÁNDEZ es imposible, por lo menos para mí.

Es el último de los grandes cantantes en esa historia grandiosa del Cine y la Música mexicana que tanto nos ha influenciado en Latinoamérica a lo largo de nuestra existencia.

Gracias, don Vicente. «Chente» para sus amigos.

Tus canciones serán imperecederas, tu legado inmortal, tu voz eterna, porque lo grande es para siempre y ya estás en las gloriosas páginas de la música, el arte y la cultura del planeta por siempre y para siempre.

No dejaste morir los corridos, los sones, los huapangos, las rancheras y por supuesto tus caballos, tus ranchos, imagen del pueblo mexicano.

Tus discos son el símbolo de la convicción férrea en la defensa del patrimonio musical de tus orígenes, de tu tierra, del folclor campesino, de tu esencia, del Mariachi. Nunca cediste y le demostraste al mundo y a las nuevas generaciones que la tradición y el respeto por el folclor es un camino válido para alcanzar el éxito y realizar los sueños. Llegaste a lo más alto de la cima, al primer lugar, sin necesidad de caer en la moda del momento ni el chantaje del mercado.

Porque las piedras en el camino te enseñaron a rodar y rodar, y la mujeres divinas te estarán agradecidas por la eternidad, porque muchos grabamos nuestros nombres junto a los de nuestras novias en las cortezas de árboles dentro de corazones ilusionados como una prueba ante la ley del monte, así que qué de raro tiene que nos hayamos muerto de amor a cada rato, esto te lo digo acá entre nos…

Siempre firme, siempre el mejor, siempre el más grande.

Todos los Mariachis del mundo entonan tus canciones, te imitan, te emulan, quieren sonar como tú. Es tu impronta, tu huella, tu marca. Y como lo dijo otro inmortal como tú, el gran JOSÉ ALFREDO JIMÉNEZ: «Pero sigo siendo el Rey». Eres El Rey.

¡Buen viaje, mi respetado, admirado y muy querido Charro de México!

¡SALUD!

(Jesús Vides)

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